Buscando algo de comer [Libre]

Había caminado durante varias horas y visitado varios lugares-aunque no tantos como para decir que conocía la isla como la palma de su mano- y debía admitir que ya ni siquiera sabía donde se encontraba. Bueno, no era como que estuviese perdido, despues de todo, sí, era un hecho que no conocía el lugar donde había ido a parar recientemente, pero tampoco había olvidado el camino para regresar a su campamento, así que todo estaba bajo control. Suspiro. Todo estaba muy tranquilo ese día. Demasiado para su gusto; aunque, sabía que eso estaba a punto de cambiar, puesto que a lo lejos pudo divisar a alguien muy familiar. Alguien que conocía de Ikebukuro y que desde que había llegado allí estuvo esperando. Sonrió. Las cosas se hacían cada vez más divertidas. Lo siguió unos metros, esperando que el rubio se diese cuenta de su presencia, aunque este parecía estar muy inmerso en sus pensamientos como para notar que alguien lo estaba siguiendo, o tal vez sólo simulaba no hacerlo. Notó que este iva a entrar en uno de los tantos restaurantes que allí había, pero no podía dejarlo así. Sonrió, esto sin dudas sería divertido. Puso ambas manos alrededor de su boca, antes de gritar "Shizuo-chaaan~" interrumpidolo antes de que aquel hombre pudiera sí quiera poner un pie dentro del local, mostrando una de sus tantas expresiones de burla y satisfacción.

Fueron meros los segundos que tuvo para esquivar el ''proyectil'' improvisado que le fue arrojado y esconderse tras uno de los locales antes de ser visto, aunque no dejando de observar a quel hombre por el que tanto habia esperado-Con que... ¿Ya has llegado eh~?-Sonrió. Tal vez no le gustase aceptarlo, pero nada era igual sin el rubio tras el tratando de matarlo. Sólo él faltaba para que la verdadera diversión comenzase, y no dejaría que se le escapara así de fácil.
Lo vió entrar en uno de los restaurantes cerrando la puerta rápidamente, como si eso impidiera que alguien más ingresara allí, acción que lo desconcertó un poco, puesto que generalmente al verlo, buscaba la manera de deshacerse de él. Pensó en esa cuestión, pero le restó importancia de inmediato, después de todo era de Shizuo Heiwajima de quién hablábamos, y sus acciones fuesen las que fuesen eran siempre impredecibles.
Luego de unos contados minutos, optó por dirigirse hacia el lugar donde aquel rubio se encontraba, quedandose de pié frente a la puerta unos segudos antes de entrar desbordante de alegria-o eso aparentaba-luciendo en su rostro una de sus mejores sonrisas.-¿Hay algún Shizuo-chaaaan~ por aquí?-preguntó observando en el interior de aquello que se hacia llamar ''restaurante'' para luego encontrarse con la mirada asesina del rubio. -Ah~ aqui estas-Terminó aún con esa sonrisa plasmada en sus labios.

La expresión de su rostro cuando entre fue épica, podía verla una y otra vez sin aburrirme. Sin dudas Shizuo-chan era una persona divertida, o al menos para mi.
Oí su pregunta, y la respondí al instante.-¿Que que hago aqui?-Sonreí.-¿Que clase de bienvenida es esa?-Sabia que corría riesgos de que me aventara algo, pero de igual forma terminé sentandome en su misma mesa intentando ver mas alla de sus lentes. -Y... ¿Encontraste el pequeño regalito que dejé para ti en Ikebukuro?-Intenté no esbozar una sonrisa-intento fallido-.

-Creo que alguien esta de malas-Sonrió. Verlo en ese estado era más que placentero, aunque después de todo, siempre que lo veía se comportaba de la misma forma, y eso de cierta manera había comenzado a aburrirle. Pero, habia algo que El Gran Orihara Izaya no era capaz de explicar... Y era el hecho de que ese rubio causaba algo en el, algo que no sabia como describir con simples palabras, algo que jamás en su vida habia sentido, y que a pesar de que habia llegado a conocer por medio de los humanos, siempre ignoraba.
El ver diariamente a Heiwahima Shizuo se habia vuelto una rutina, un hábito, una necesidad... una obseción.
Dejó de pensar en eso para dirigirse nuevamente a la bestia de Ikebukuro.-Pues, si soy suicida o no, lo dejo a tu criterio- Dijo antes de sentarse frente a el-Aunque... me agrada más la idea de que pienses que tengo agallas-Rió, observando detenidamente el rostro de su acompañante, miestras oía las palabras salir de los labios de este.-Oh~ Pero que malo eres Shizu-chan, y yo que lo escogí especialmente para ti...-Dijo finalmente aún viendo al rubio directamente a los ojos, esta vez recargandose en la mesa.

Le siguió observando, como esperando alguna acción ciertamente diferente por parte del rubio, cosa que consiguió. Había logrado notar una leve sonrisa en los labios de aquel hombre, y no sabía la razón, pero se sentía mejor que otras veces en las que lo había molestado.
Ignoró lo primero dicho por su acompañante para dirigir su atención a una chica de vestimenta china de pié frente a ellos. -¿Puedo tomar su orden?- pronunció observando al más alto de los presentes. Por su parte el rubio, tal vez siendo cortes o no, señaló al pelinegro para que fuera atendido primero. Izaya observó a la señorita que lucía una amigable sonrisa-¡Oh no! Por favor, Primero a el~-Repitió de forma divertida ahora viendo al rubio directamente a los ojos. Tal vez era tonto, pero si podía lograr hacer enfadar a Shizuo, todo era válido.
Volteó nuevamente hacia donde la chica, quien ahora dejaba ver una expresión desconcertante en su rostro. Rió complacido, todo aquello era muy divertido, y con suerte, podía seguir molestando a su ''querido'' Shizu-chan y a cualquiera que por allí apareciese. –Ah! Ya pensaba yo que te agradaba mi compañía- Rió por su propio comentario, a la vez recordando el tema anterior-Eres muy malo, ¿sabías Shizu-chaaan~?- Decía mientras adoptaba la postura de un niño pequeño.-En fin, no importa, a falta de ti de seguro ha de llegarle a tu querido hermano~-Sin dudas, todos los que lo conocían al menos un poco, sabían que la gran debilidad de Heiwajima era su hermano menor, Kasuka. O ese actor de cuarta cómo el solía llamarle.

Algo era seguro, esa expresión en el rostro del rubio era el mejor obsequio que este le podía dar, y lo más divertido es que Shizuo ni siquiera tenía la vaga idea de que podía estar dándole al moreno ese tipo de regalo. Sonrió complacido sin quitarle la vista de encima a se hombre.
Sin saberlo, o más bien sin querer entenderlo, había algo que lo llevaba a buscar, perseguir, molestar, y hasta podría decirle, acosar a Heiwajima, algo que ni el mismo Izaya tenía la capacidad de entender. Aunque había ocasiones en las que sus encuentros eran solo una mera coincidencia, como este era el caso, y de cierta forma lo hacían feliz. Pero esto no era algo que podría confesarle al rubio, o al menos eso era lo que hasta el momento creía.
Sin darse cuenta había estado pensando en aquello observando fijamente al rubio, y al volver a la realidad este lo miraba de forma extraña. -¿Qué me ves? ¿Tengo algo en la cara?- Rió por lo que estaba a punto de decir -¿O acaso te gusto?-Se recargó en su brazo derecho esperando una respuesta, que bien sabía podría ser impulsiva. Aunque por andar volando no se había percatado de que este le había llamado a pedir su orden, volteándose hacia la señorita quien se notaba confundida. Le dirigió una sonrisa -Deme una orden de todo~- Dijo con sencillez, volviendo la mirada hacia su acompañante.



Rió por lo anterior dicho por quién le acompañaba antes de ser levantado bruscamente por la polera. Eso no le sorprendió en lo absoluto, la sonrisa de su rostro no desapareció. -Nee~ Cálmate, no es necesario recurrir a la violencia~-Su sonrisa se volvió desafiante. Definitivamente el moreno no sabía cómo inspirar a un estado de calma. -¿Entonces eso es una amenaza?- Se acercó más al rostro ajeno hasta dejar sentir entre si las respiraciones ajenas.

Se sorprendió por sus propias acciones, jamás se hubiese atrevido a preguntar ese tipo de cosas ni siquiera en broma, y mucho menos a aquel tipo-¿Si lo prengunté es por algo no crees?-En realidad le temía a la respuesta.

Le miró unos segundos para luego reir-Pero que caballero eres Shizu-chan~-Dirigió su vista hacia la ventana sin dejar de sonreir-Tampoco es como que te hubiese pedido algo-

Sintió un pequeño dolor y como comenzaba a faltarle el aire, pero no dijo nada, su orgullo era demasiado grande como para pedir clemencia o algo por el estilo, asi que optó por seguir sonriendo de la misma forma, que bien sabía causaba molestia en el rubio. -¿A lo que sea?-Una pregunta que de cierta forma le intrigaba se le vino a la mente-Y que estarías dispuesto a hacer para callarme? Dejando de lado un intento de homicidio claro~-Sonrió esperando una respuesta, que fuese cual fuese sería divertida.

Sintió su respiración, la sintió tan cerca que hasta sintió el absurdo deseo de besarlo. Si, absurdo. Se suponía que el odiaba a Heiwajima Shizuo. Se supone que su mayor deseo era acabar con el y así seguir tranquilamente con sus planes, presentes y futuros. Pero, eso había cambiado, no sabía cuando, como, ni porque, solo sabía que desde hace tiempo no podía ver a aquel hombre de la misma manera.
Oyó esa pregunta, y a continuación un dolor muy fuerte en su labio seguido de esa sustancia rojiza. Luego se vió nuevamente en su lugar, pero a pesar de lo brusco, no había sentido nada. Aquella pregunta, la misma que el le había hecho hacía unos minutos se había apoderado de el y de sus pensamientos. Pensó en ello, quería responderle, y buscó la mejor forma de hacerlo sin demostrar que eso le había afectado. Haría como siempre lo hacía, dejaría que su orgullo y arrogancia ocultara sus verdaderas emociones. Le sonrió para luego decir con su tono de voz normal-¿Y que si así fuera?-

No negaría que se estaba divirtiendo, pero también sentía algo que nunca antes había sentido. Si, Orihara Izaya estaba nervioso, y era la primera vez que sentía algo como aquello, pero como era de esperarse no lo demostraría-Nee~ Shizu-chaaan~ Me ofende que no me tengas confianza-Tal vez mencionar eso no era una muy buena idea después de todo la respuesta era más que obvia... Nadie confiaba en el. Y no era como que le molestase, después de todo esa era la vida que él había elegido llevar -Jeje~ ¿O es que acaso me temes?- Sabía que eso no era posible, pero sea cual sea se divertiría con la respuesta.

Le sonrió -No te preocupes, que no me interesa causarte otro daño que no sea físico y ocasionalmente emocional... Así que tu bolsillo está a salvo~-Otra idea pasó por su mente, y no podía desperdiciar la oportunidad-A menos que algún día quieras invitarme a comer~-

-¿Torturarme? Se me hace interesante~ Aunque sabes, no negaré que es divertido cuando intentas matarme- Aunque no quisiese admitirlo, le había confesado una de sus verdades al rubio.

Disfrutó de aquella expresión en el rostro de Heiwajima, eran pocas las veces que tenía la oportunidad de deleitarse con ello y ciertamente le intrigaba saber que iba a decir o hacer este. Y no tuvo que esperar mucho puesto que el rubio se levantó de forma brusca y de la misma manera le tomo del brazo llevándoselo del lugar y entrando en los baños -Esto se pone interesante- Fue el primer pensamiento del pelinegro. Oyó lo que aquel hombre dijo respondiéndole casi de inmediato, aunque aparentando restarle importancia al asunto observando a ningún lugar -Verdaderamente no tengo nada más para decir además de lo que ya he dicho-Volvió a verle esperando otra reacción por parte de quién le acompañaba. Tal vez, era el momento de aclarar aquello que había estado reprimiendo. -Tampoco tengo esas intenciones Shizu-chan~-

Se recostó en la silla observando hacia la ventana y con una expresión despreocupada en el rostro -Ya lo sé, solo quería asegurarme de que estaba haciendo bien mi trabajo~- Conocía bien la respuesta antes de que el otro la dijera, así que no se sorprendió en lo más mínimo, pero como era de esperarse, lo molestaría con aquello hasta hartarse. Aunque lo que diría tenía algo de cierto -¿Quién sabe? Tal vez, haya algo de mí a lo que si le tengas miedo- Con suerte, el rubio entendería a que se refería, y con mucha más suerte aún tendría una respuesta. Quizás honesta -lo que dudaba- quizás una mentira -lo más probable- ya fuese buena o mala, pero una respuesta al fin y eso era lo que le interesaba.
Oyó lo que aquel hombre dijo, pero los deseos de reír como su rival no llegaron, más bien despertaron otra duda en el pelinegro... ¿Miedo? El jamás había tenido ese sentimiento hacia nadie, o tal vez hacia el mismo, pero nunca hacia otra persona. -¿Tenerte miedo yo a ti?- Comenzó a jugar con una servilleta doblándola en distintas formas -No entiendo porque~ Además de querer deshacerte de mi ¿Que más podrías intentar?- Alzó su vista encontrándose con la mirada del rubio mostrando una de sus típicas sonrisas pero sin decir nada más.

-¿Enserio? Me haces sentir importante Shizu-chan~- Hizo un ademán viendo hacia arriba quedándose pensando alrededor de dos segundos -Oh~ es cierto, si lo soy- Rió satisfactoriamente. Todo aquello estaba saliendo de maravilla.

-Nee~ No digas que no tan pronto, quien sabe, tal vez termines cambiando de opinión- Le sonrió de una forma un tanto tierna para tratarse de él -¿No crees?-

Comenzó a reír a carcajadas -Pues... El peor~- Terminó diciendo con una divertida sonrisa adornando su rostro.

No tenía el ánimo para responder a sus dudas, por lo que optó por ignorarlo y terminarle con algo que le molestaría, en todo caso, si le insistía terminaría por explicarle. -Mmmm... No quiero~-

Quizás era verdad o de la misma manera podría tratase de su imaginación pero podía notar en su contrario una cierta inquietud o dudas. Aunque eso le gustaba, después de todo eran pocas las ocasiones en que se le permitía ver al rubio así. -Pues me gusta que pienses así de mi Shizu-chan~- Dejó lucir una de sus típicas y a veces molestas sonrisas.

Puso sus manos en los bolsillos y comenzó a estirar su abrigo desde los mismos. -O tú podrías fingir más interés~-Su semblante despreocupado era más que irritante ante esas situaciones y lo sabía a la perfección, más le era irresistible el intentar provocar a su rival.

-Si así lo quieres~- Era hora de aclararlo todo, esa cercanía entre ellos hacía su mente revolverse y hasta le impedía pensar con claridad. Podía sentir el aliento ajeno chocar contra la piel de su rostro y siendo que el pelinegro carecía de impulsividad, ese momento lo había arrastrado a su límite y llevado a cruzar el mismo sin tener conciencia de ello.
De un instante a otro, y sin tener, aparentemente control sobre su propio cuerpo e ignorando por completo las acciones de su acompañante se relamió los vestigios de sangre que aún quedaba en sus labios para luego rodear con sus brazos el cuello de Shizuo acortando cada vez más la distancia que les separaba, y besando dulcemente la comisura de los labios ajenos.
Probablemente en ese instante, al sentir la calidez de los labios que justamente por segunda vez -contando con la mordidita que el rubio le había dado- llegó a tocar, su mente volvió a la realidad separándose bruscamente sin poder evitar ver a aquel hombre directamente a los ojos. Sintió sus mejillas arder y la necesidad de desaparecer del lugar en el instante fue muy fuerte pero su misma naturaleza le impidió tal acto, ocultando su vergüenza en una arrogante sonrisa. -Espero esto no te confunda- Se apartó del cuerpo ajeno bajando la mirada y empujando a su acompañante para que le permitiera salir de una vez -Porque yo terminé más confundido de lo que estaba... - Dijo para si en voz baja. En realidad en ese momento no le importaba si el rubio lo hubiese oído o no.

Le vio con interés, esperaba poder sacarle las respuestas que quería en cuando Shizuo se distrajera -Más interés en mi quizás~- Recargó sus brazos sobre la mesa y de igual forma posó allí su cabeza viéndole divertido. -Además se me hace raro que no hayas intentado golpearme o matarme todavía- Tal vez, con un poco de suerte, podía acortar la distancia entre ambos.

Sintió que sus labios eran aprisionados nuevamente y sin pensarlo correspondió pasando sus brazos por el cuello de su contrario abrazándole. Sin dudas se sentía bien, podía sentir el sabor de aquel hombre y al mismo tiempo no sentía remordimiento alguno por ello, o al menos no quería creer que ese deseo de querer besarle estaba mal, pero aun así intentó separarse en varios intentos, o al menos eso fue lo que pensó, puesto que aún seguía pegado a los labios del rubio, labios que nunca en su vida pensó en probar.

Al separarse se le quedó viendo con una peculiar tonalidad rojiza cubriendo sus mejillas aunque sin dejar de abrazarle -Jeje~ ¿Qué esto Shizu-chan? No es propio de dos personas que se odian a muerte- Depositó un último beso en los labios ajenos, que aunque corto pudo disfrutar. -O es que acaso... ¿Ya no me odias?- Era la respuesta que más deseaba saber, dependía de ella, toda su vida pasada y futura dependería de las palabras que viniesen de esos labios que esperaba poder volver a probar.